No es justo

No existe sentido de la justicia cuando el panorama es cada quien sálvese como pueda.

No existe empatía, no existe cooperación, no existe conciencia social.

Las reglas aplican para otros, no para uno mismo, la moral estricta es para ellos, los que no somos nosotros, los diferentes, los que no sabemos cómo se comportan en su intimidad desconocida.

Siento coraje, siento desilusión, no quiero estar cerca de personas hipócritas, pero no hay a dónde ir, sólo recorrer el mismo circuito una y otra vez sin detenerse.

Juzgar a los demás es muy fácil pero dar la espalda una vez a tradiciones sociales vacías, sin sentido, que pueden provocar un daño en los demás, eso no importa porque a nosotros no nos va a pasar nada, porque tenemos todo bajo control, ¿no? Porque nosotros no somos ellos.

Que año tan reveladoramente triste.

Estándar

Pandemia

La vida nos pone en situaciones complicadas, a veces mucho más de lo que se nos hubiera ocurrido esperar, ni en el más bizarro supuesto especulativo de un trip de fin de año a la orilla del mar. Este 2020 ha probado ser, por mucho, uno lleno de eventos extraordinarios, que han puesto a prueba nuestros niveles de serenidad, paciencia, empatía, coraje y aprecio por la vida.

Me queda claro que otras generaciones lo vivieron antes, que este momento tuvo lugar en el mundo hace aproximadamente cien años la última vez, que fue algo similar, con muerte masiva, tristeza, desolación, alejamiento y reaprendizaje de normas sociales, culturales, de higiene, de contacto físico, pero es difícil aprender de la historia cuando pasa desapercibida ante nuestros ojos, cuando hay eventos aparentemente mucho más relevantes o sangrientos en los cuales fijar la atención, cuando creemos que hemos dominado el conocimiento y tratamiento de los males virales, pero la naturaleza siempre nos sorprende, es como si dijera… ¿ah sí?… Aguanta mi vaso…

Resulta que hay un virus muy contagioso, muy peligroso, que está por todos lados, contaminando el ambiente y haciendo que nuestra interacción humana se vea limitada, modificada y llevada a un extremo mínimo, soportado en las pantallas y la tecnología, poniendo barreras físicas entre nosotros. La comunidad científica, aparentemente capaz de dilucidar cualquier cosa, lleva medio año sin tener una idea clara del comportamiento de este ente microscópico, sin saber por qué en algunos individuos es totalmente letal y en otros es más leve que un resfriado estacional.

Ante esta realidad, modificamos todo, nuestra forma de vivir, ser, salir, educarnos, entretenernos, comunicarnos, relacionarnos con personas conocidas y desconocidas. Se pone a prueba toda nuestra capacidad de aguantar, de poseer una empatía a nivel no solamente humano sino social, como comunidad y como especie.

Traído a mi terreno, mi forma de vivir se modifica nuevamente, se muda con nosotros mi mamá, nos dedicamos a cuidar de Héctor en casa, habiendo tenido como último contacto con el mundo pre-pandémico, una resolución positiva en las pruebas de TEA.

¿Qué puedo hacer?¿De qué forma puedo mantener la cordura, la paz, la sanidad mental y al mismo tiempo estimular el desarrollo cognitivo, emocional y social de mi hijo de 2 años con TEA?

Para bien o para mal, resulta que el mezcal me ayuda a no pensar constantemente en esa pregunta, pero creo que simplemente es una de esas situaciones en las que hay que dejar ir, soltar, aprender a poner en las manos de una autoridad superior nuestras esperanzas de encajar en una realidad que ya no existe, que no será la misma una vez que volvamos a salir de nuestro encierro autoinducido, de este sueño exageradamente realista del que simplemente no podemos despertar, aunque cada semana lo intentamos entre colores rojos y naranjas.

Pienso que a lo mejor es una bendición disfrazada, el hecho de que aún no me puedas cuestionar por qué no podemos salir al mundo, por qué no podemos jugar en el parque, por qué no puedes ver a tus amigos, ir a la escuela… Tal vez todo pasa por algo.

¿Será el momento de decidir el nuevo rumbo? ¿De abandonar lo conocido puesto que ahora todo allá afuera es igual de desconocido?

Lo único que sé con certeza es que quiero estar aquí para verte crecer, para ser el extremo receptor de tu comunicación, se exprese de la forma que vaya a expresarse, quiero que sepas que sí hay un mundo afuera, que estás en todo tu derecho de conocerlo, experimentarlo, amarlo y disfrutarlo, que así como eres, eres perfecto, que mi amor por ti no tiene límites y crece a cada instante de forma exponencial hacia el infinito.

Pase lo que pase, te amo Héctor.

Mamá.

Estándar

Cuando desaparece la serenidad

Cariño mío:

Estamos ante un panorama de incertidumbre en este momento, siento que el corazón se me hace chiquito al pensar que hay algo que hice, dejé de hacer o causé para que tu desarrollo no sea el óptimo, el convencional, me duele pensar en la existencia de esta posibilidad, pero bueno, sigue siendo una posibilidad nada más, hasta hoy.

Estos días había decidido ser fuerte, quedarme con el peso yo sola, atenderlo y tratar de definir la situación antes de subir a alguien más al barco conmigo, pero no pude, tuve que soltarlo, empecé con tu abuelita, sé que sintió lo mismo, el balde de agua helada cayendo sobre uno, poco a poco poniendo las piezas del rompecabezas en su lugar, darte cuenta de que cazan, de que ahí están las señales hace meses, sólo que no hemos tenido el cuidado de verlas, la atención al detalle… la vi desmoronarse y recomponerse, al igual que lo hice yo antes.

No quise subir a tu papá abordo, no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar, finalmente él solo decidió involucrarse y al principio todo resultó mejor de lo que pensaba, pero bueno, la manzana no cae lejos del árbol, siempre decide hacer check out, alejarse, irse, ahogar sus penas y desaparecer, sólo que en esto de la paternidad no es posible, no es un trabajo de lunes a viernes del que puedas descansar.

Estoy molesta porque siento que te lastima, que hace cosas que te hieren, que para él es más relevante su vida social siempre, que su rol como tu papá, el mejor y más importante papel que Dios le ha otorgado, no lo ve, pero no soy yo quien se lo hará ver, no debo ser yo quien le enseñe, ya es un adulto.

Ay hijo, necesito ser fuerte por ti, recomponerme, estar bien serena, positiva, lista para actuar, por ti todo vale la pena, por ti todo tiene sentido. El amor que siento es suficiente y nos permite enfrentar cualquier obstáculo que esta vida nos ponga enfrente. Ahora sólo nos queda esperar.

Te amo, con toda mi alma, con la inmensidad del infinito, siempre.

Mamá.

 

Estándar

01/2020

Hijito mío:

¡Acabas de cumplir dos años! El tiempo ha pasado muy rápido y has crecido, has cambiado, has madurado, pero sobre todo, no puedo creer que cada día que pasa te amo mucho más, el infinito se expande sin límites cuando se trata de lo que siento por ti.

La noche de tu cumpleaños recordaba lo que hice esa misma noche pero dos años atrás, cuando llegaste al mundo, chiquito, indefenso pero luchando y pataleando, demostrando tu carácter desde el principio. Tenía tanto miedo, dolor, incertidumbre, pedía fuerza para cuidarte, para mantenerte a salvo, para poderte alimentar… Dios me escuchó y estás aquí: sano, fuerte, feliz, el niño más bonito del mundo… me encanta vivir esta etapa de mi vida, no la cambiaría por nada y ha sido como tenía que ser pues el resultado de todas mis acciones es tenerte, lo cual es el mejor regalo del Universo.

Amor mío, eres lo mejor que me pudo pasar, ser tu mamá me llena el corazón, me da todo lo que necesito para ir hacia adelante, para estar sonriente, con ilusiones y esperanzas, sé que el futuro nos traerá cosas buenas porque lo merecemos, pero este presente es lo máximo y cada instante a tu lado es increíble.

Te amo chaparrito.

 

Estándar

El olvido llega rápido

Una de las primeras cosas que me dijo Luis al separarnos fue: «¡me quieres quitar a mi hijo!» Obviamente no, para mí es sumamente importante que Héctor tenga una buena relación con su papá, particularmente siendo varón hay muchas cosas que no podré enseñarle de primera mano y la figura paterna es indispensable en la vida de cualquier niño. Una de las razones de la separación fue porque me di cuenta de que Luis no es capaz de ponerle atención a dos cosas, entonces si solamente va a ser una, prefiero que el foco sea su hijo, antes que una mujer (o sea yo, en ese momento).

A pesar de esto, supe en el instante que la separación entre nosotros ocasionaría que a Luis se le fuera olvidando poco a poco el hecho de que es papá de un bebé.  Una de mis primeras predicciones del futuro fue que en unos meses iba a dejar de visitarlo cada vez más, iba a empezar a hacer sus propios planes, vida social, vida amorosa, etcétera, y su hijo iría pasando a un segundo, tercer, cuarto y vigésimo plano poco a poco. Este fin de semana constaté que mi predicción fue correcta.

Es tan pero tan fácil desentenderte de algo, de una persona, de una responsabilidad. Cuando el egoísmo está tan arraigado en el alma de la gente los compromisos duran muy poco… «the road to hell is paved with good intentions» Definitivamente este hombre tiene buenas intenciones, pero no hay acciones que respalden eso, no hay congruencia, consecuencia, amor por el tercero… qué triste por él.

Mi vena predictiva augura varios meses de desentendimiento, cuando menos 6, a lo mucho unos cuatro años; Luis está descubriendo de nuevo su soltería, no tiene que llegar a ninguna hora específica a casa, no tiene que levantarse temprano pues no hay forma de que lo corran de su trabajo (porque jamás nadie le ha puesto límites), no tiene más que cumplir con el pago mensual solicitado por la Ley… y listo! Ver a Héctor jugar, crecer, descubrir el mundo, abrazarlo, besarlo, no es prioridad, por qué lo sería cuando puede salir todos los días con una mujer distinta? cuando puede ir a catas de whisky, viajes de pesca, bares, restaurantes, bodas y no tiene que rendir cuentas a nadie.

Lo que no sé es si eso será permanente o temporal. Lo que sí sé es que se generará un distanciamiento entre él y su hijo, la falta de convivencia lo irá convirtiendo en una persona ajena al círculo interno, a la intimidad propia de Héctor, de la que podría ser parte, si quisiera y se esforzara, pero en realidad no le interesa, sólo le importa su propio bienestar, su propia felicidad. Y ojo, no soy yo quien lo causa, es él quien se aparta.

Confirmo, tomé una buena decisión. También es muy fácil para mi olvidar lo bueno, lo malo, lo divertido, lo feo de mi vida con él, mi alma va sanando poco a poco, sin estar llena de coraje, tristeza y decepción. Ahora me pregunto constantemente, ¿qué le vi? ¿qué fue lo que hizo que me enamorara de esa persona tan diferente a mi? Ojalá también terminen las preguntas, debo aceptar las cosas como son y solamente ser feliz, disfrutar lo más maravilloso que tengo, con la gente que amo, cada instante de mi vida como viene y dejar que la vida siga su curso, también para mi el olvido debe llegar.

 

Estándar